Abstract
Indica que el cine de terror ayacuchano producido entre 2002 y 2010 se ha caracterizado por su montaje sintético dilatado, su manejo de las atmósferas visuales y sonoras, así como por la presencia de una narrativa compleja que hace interactuar los arquetipos de la tradición oral andina local con los esquemas del cine de terror estadounidense de los años 80’s y 90’s, añadiendo complejidad a sus relatos por medio de una crítica hacia las figuras de autoridad y las costumbres de la sociedad andina moderna.